domingo, 1 de noviembre de 2015

¿Por qué «La Librería de los Horrores»?


Terminé de escribir el guión de La Librería de los Horrores el 1 de octubre de 2014 por la mañana (o todo por la mañana que puede ser cuando uno se levanta pasadas las doce). Esa misma tarde, Toru y yo tuvimos una videoconferencia con el fin de hablar de posibles cambios significativos en éste y, en caso de haberlos, sobre cómo lo íbamos a hacer y tal. Durante el transcurso de la conversación, Toru llegó a decir que la historia le parecía «bonita», comentario que provocó un aluvión sinfín de chistes sobre lo bello o bonito que puede ser una historia que trata sobre la antropofagia. 

¿Cómo surgió La Librería de los Horrores? 
Como casi todo lo que me planteo hacer en serio, empezó como una broma. Esa broma era la siguiente: ¿Cómo sería Ghoul si fuera un ghoul? Como algunos sabréis, Ghoul toma su nombre, o más bien apodo, del anglicanismo de una criatura necrófaga de la mitología árabe (la cual tiene el prestigio de salir en Las mil y una noches) llamada Gul (el término Ghoul y Gul no han sido reconocidos por la R.A.E, por lo que en muchas obras de ficción optan por traducir Ghoul como Necrófago). Le comenté la idea a Toru y le gustó, cosa que hizo que, acto seguido, mi cerebro empezara a trabajar en posibles gags o situaciones en las que podríamos meter al recién bautizado Ghoul-ghoul. El problema era que todas situaciones nos parecieron demasiado manidas o que, en su defecto, no eran lo suficientemente buenas. Casi parecía que la idea original hubiera tomado consciencia de sí misma y canibalizara el medio en que se metiera (como una piraña en una pecera o una manada de hámster pasada la pubertad). Dicha idea necesitaba un espacio propio en el que desarrollarse, un ecosistema en el que evolucionar, su propio coto de caza. Por esto mismo, le propuse a Toru hacerlo como una historia breve (originalmente iban a ser tres páginas, pero, una vez me puse manos a la obra, vi que requería de dos más para desarrollarla bien) cosa que le pareció correcta. Para mi vergüenza, la verdadera idea que me hizo posible escribirlo bien no fue mía sino de Toru. «Que no sea ni un sueño ni una fantasía-creo recordar que me dijo, aunque cualquier parecido entre mis recuerdos y lo que verdaderamente dijo será siempre pura coincidencia- que sea real». Esto significaba que no tenía que integrar La Librería de los Horrores en La Librería lo que fue para mí fue un verdadero alivio en realidad (no tenía que explicar nada solo mostrar). De repente, surgieron flashes en mi cabeza de una historia completamente autónoma e independiente, flashes que plasmé en papel, que no me gustaron, pero que mi cerebro devoró (como si fuera un viejo sabio de una tribu caníbal o un gusano aplanado que supiera cruzar un laberinto) para poder escribir la historia final. 

¿Qué es La Librería de los Horrores? 
Me gusta imaginármela como una burbuja, un espacio de aire separado del resto ¿Esta historia sería canon? Sí, pero no el canon de La Librería. Si os fijáis cuando Elisabel ve al Ghoul-ghoul pregunta «¿Qué es eso?» no «¿Qué le ha pasado a Ghoul?» esto nos delata que Elisabel no conocía a Ghoul. La Librería de los Horrores sucede en un universo paralelo en el que, en algún punto del pasado, Ghoul acabó transformado (despertando algún tipo de gen recesivo atávico) en un auténtico ghoul. Sauron, al ver que su único amigo se había transformado en un monstruo devorador de carne humana, pierde la cordura, convirtiéndose en un psicópata que decide encerrar a su antiguo amigo en un sótano y criarlo, alimentándolo de víctimas que él mismo le proporcionaba. Dado que un psicópata tiende a estar alejado, o enajenado, de las emociones humanas, este Sauron no siente nada por Elisabel, por lo que no le importa sacrificarla. Claramente, todo este contexto pasado no aparece, ni se explica, en la historia, pero tampoco hace falta ponerlo, o explicarlo, todo. Igual que Edgar Allan Poe en la Filosofía de la Composición nos desvelaba el verdadero secreto de su poema El Cuervo, éste no es necesario para que su obra tuviera sentido por sí misma o, por lo menos, para poder disfrutarla. Al fin y al cabo, lo verdaderamente interesante es lo inexplicable o lo desconocido. Aun así, quería mostrar esta ucronía con el fin de plantear la siguiente reflexión: La única razón por la que podemos leer la historia de amor de Sauron y Elisabel en La Librería es porque Ghoul no es un ghoul (parece que no estábamos muy desencaminado en aquello de que se apareciese como un querubín en la tira ¿Quién puede matar a un Querubin?, al final solo le falta un arco y una flechas para ser un Cupido entre los dos ). 

¿Por qué La Librería de los Horrores? 
 Después de todo lo anteriormente expuesto , me propongo a responder a la pregunta que le da título a este escrito. Porque podíamos y porque queríamos. Para nosotros, ha sido una brisa de aire fresco en comparación a lo que normalmente hacemos. Nos gusta hacer La Librería (y no os podéis imaginar cuánto) pero también nos gustaría poder hacer otras cosas. Experimentar, usar nuevas técnicas, probar otros estilos, otras narraciones, otros géneros, etc. Y lo hemos hecho, tanto Toru como yo. Lo que me lleva a una última reflexión: en el momento de mi vida que decidí (a muy temprana edad) que quería dedicarme a escribir historias supe que los géneros que más me irían a costar serían dos: la Comedia y el Terror (en este último género coincidimos Toru y yo sobre «respeto a la hora de trabajar»). Curiosamente, ambos géneros están relacionados con los conceptos de Eleos y Phobos que Aristóteles introduce en su definición de la Tragedia en su libro Poética ¿La razón? Muy sencilla; ambos géneros apelan o tratan sobre emociones humanas (júbilo y desasosiego), y pensaba que no dispondría del talento o sensibilidad suficientes como para poder trabajar con ellas. Podéis pensar que, por la misma razón, debería de costarme igual escribir sobre género amoroso (que no romántico) pero, seamos sinceros, el amor como género literario es lo más comercial del mundo (sino, encended la radio y fijaos de qué van el 50% de las canciones que escucháis). A día de hoy, soy una persona podríamos decir que… más o menos, adulta; que escribe los guiones de una sitcom y que acaba de escribir el guión de una historia corta, pero quiero pensar que intensa, de terror. La Librería de los Horrores es una historia de miedo, pero fuera de las cámaras y los focos, en su making off, es una historia de superación y experimentación. 

Que tengáis dulces pesadillas y comed bien. 
RAFAEL VERDEJO ROMÁN 
2-10-2014

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